Restaurantes
Casa Marcelo: Quién le regaló a este muchacho una estrella Michelín, lo ignoro, pero realmente no se hace merecedor de la fama que le dan y que él mismo aprovecha para regalarse. Local pequeño con servicio al nivel de sus platos, muy malo. En la mesa, todo es caro, escaso, extraño, sin gracia y mal preparado. Además, no hay carta, con lo que si no te gustan los platos de ese día, ya sabes qué tienes que hacer, o te fastidias o te vas.
Calderón: El mejor restaurante de la ciudad, sin ninguna duda. Andan mal de personal y el local, una antigua casa en el centro compostelano, recoge en cada habitación un comedor, con lo que a veces el comensal tiene que luchar contra el sueño y el aburrimiento. Por contra, de su cocina sale lo mejor que en Santiago se puede tomar: foie, carnes, pescados delicadamente preparados. Todo muy bien, solamente hay que controlar un poquito la salsa de almendra, algo fuerte demás.
La Barrola: Venido claramente a menos. Cuando preparaba cocina tradicional era un lugar a tener en cuenta, pero ahora se apuntó a la moda de la cocina "moderna" y lo ha fastidiado. Un poco sucio en general.
Dos Reis: Restaurante del Hostal de los Reyes Católicos. Espectacular comedor en las antiguas caballerizas, elegante y ciertas noches con acompañamiento de piano. La comida "sabe un poco a Parador", pero vale la pena el menú de degustación. El salón es un plus.
Camilo: Uno de los clásicos de Santiago. Cada vez peor, esos pescados raramente son frescos...
Sexto: Pescados a la plancha secos y quemados, vieiras enterradas en jamón salado y pan rayado, bacalao al ajoarriero irreconocible. No hace falta seguir.
Pedro Roca: En su anterior etapa al frente del restaurante del hotel Meliá Araguaney lo hizo muy bien, casi tanto como el Calderón (un pelín por debajo), pero claramente es el segundo mejor de la city. Acaba de abrir su propio restaurante, y se nota lo difíciles que son los comienzos. Mantiene su línea de creatividad, platos ligeros y elegantes. Tiene claro lo que quiere y lo hace suficientemente bien.
Ruta Jacobea: La pena es que está un poco alejado, cerca del aeropuerto, porque se come bien. Servicio profesional y correcto en un comedor alegre y amplio.
Don Gaiferos: En su día fue uno de los mejores, actualmente, aun conservando un bonito comedor en piedra, ha perdido gran parte de su carta. La calidad ha caído en picado, pero al menos le salvan las carnes. Necesita renovar su oferta urgentemente. El personal majísimo. Esa cualidad y lo bonito del local es lo que de momento le mantiene.
Nosa Terra: Pasa un poco desapercibido por estar en la zona nueva. Comida casera bien elaborada. Buenos productos. Le dan bien a la caza. Una de las mejores relaciones calidad-precio.
Nova Galicia: Necesitaba una mano este tradicional local y al fin se la han dado, con lo que en aspecto ha mejorado muchísimo. No es de los más conocidos ni famosos, sin embargo su relación precio-calidad es posiblemente la mejor de la ciudad. Suelen tener pescado muy fresco y bien preparado. Interesantes raciones si no se quiere gastar mucho. Un recomendado. El servicio es encantador. Eso sí, empanada, abstenerse, como en tantos otros sitios.
Pasaje: Haciendo gala a su nombre, pasemos de largo. Ni caza ni pescado, a no ser que te quieras meter entre pecho y espalda un chuletón gigante. Solo para eso. El servicio debería ver el anuncio de Profidén.
Voy a ser tan diplomático como lo has sido tú a propósito de Marcelo. O no tienes ni puta idea, o tenías un grano en el culo, o ambas...
ResponderEliminarNo cabe pensar otra cosa.
Agradecido Daninland por tu escueta opinión. No sé responderte, no me pasa ni una cosa ni la otra. Hay que aprender a comer por la boca no por la autopublicidad que algunos se hacen ni por las apariencias.
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