Etxanobe: Fernando Canales se hace tan agradable en el trato que enseguida se olvidan algunas carencias de su restaurante. Más que carencias, defectillos (¿por Dios, quién decoró ese salón?). También habría que cuidar la vestimenta de las camareras...
Por lo demás, los platos hacen gala de lo que se espera de uno de los más conocidos cocineros del momento. Está lejos de algunos de los punteros, pero ofrece buenos resultados, quizá en ciertos casos hay platos no tan excelentes como se dice (como el de sus famosas sardinillas, buenas pero sin más interés). El caso es que cuando se habla un rato con Canales decides volver.
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